Endodoncia
La endodoncia, que también se conoce como tratamiento de conductos, es un procedimiento en el que el odontólogo elimina la pulpa del diente.
Dicha pulpa es la parte interior del diente y se compone por un tejido blando que contiene los nervios y vasos sanguíneos. La cavidad pulpar se encuentra dentro de la corona y es donde está la pulpa dental. Mientras que en la raíz del diente está el conducto radicular que es el que conecta con el hueso maxilar.
Existen diversos motivos por los que se ha de realizar una endodoncia. La causa más común es la infección e inflamación de dicha pulpa que puede derivar en necrosis de la misma.
No obstante, existen otros sucesos o causas que pueden crear la necesidad de llevar a cabo una endodoncia.
- Traumatismos y golpes debido a un accidente o caída que estén interfiriendo en la correcta salud dental.
- Desgaste, erosión y abrasión de los dientes. Esto puede deberse a la edad del paciente o al roce que se produzca en los dientes debido a la composición y colocación de los dientes.
- Sometimiento a tratamientos restauradores y a materiales que se utilizan en estos. Ciertamente, algunos tratamientos pueden llegar a perjudicar a pulpa dental.
Pasos a seguir para realizar una endodoncia
La realización de una endodoncia requiere de un estudio previo clínico y radiologico para poder determinar que este es el tratamiento que el paciente necesita. Y, posteriormente, habrá que llevarlo a cabo con la máxima prudencia y detenimiento. Todo ello asegurará la realización de un correcto trabajo odontólogo.
Diagnóstico preciso
Este es el primer paso antes de intervenir al paciente. Para ello, se realizan una serie de pruebas que permitirán saber cuál es el estado del nervio.
La primera prueba necesaria es una radiografía que permita observar el estado de los dientes. Saber cuál es la extensión de la carie o fractura, saber si el nervio está afectado y si ha llegado a la raíz.
En segundo lugar, en caso de que la radiografía deje lugar a dudas, se pasará a valorar la vitalidad del diente. Una reacción anormal a los cambios de temperatura determinará el punto de afección del diente. Pudiendo saber, de esta forma, si hay que realizar un tratamiento del conducto radicular o si basta con una intervención más conservadora.
Una vez que se estima necesaria la ejecución de la endodoncia habrá que administrar anestesia al paciente y se realiza la apertura cameral. Esto se hará sin excepción. Después se aísla por completo el diente mediante un dique de goma de látex.
El siguiente paso es determinar la longitud del trabajo mediante el localizador apical y preparar los conductos radiculares. Así pues, estos se limpian y se conforman para que sean más eficientes.
A continuación, estos conductos son limados e irrigados con desinfectantes. Y, por último, cuando se acaba todo el procedimiento se lleva a cabo la obturación tridimensional de dichos conductos.